¿No sabes cómo llevar a tu
pareja hasta el séptimo cielo mostrándote imaginativa, sorprendente y erótica a
la vez? No busques más porque la respuesta está… ¡en la punta de la lengua!
Todos sabemos que el cuerpo del hombre y la mujer es diferente y, por eso,
nuestros expertos nos revelan todos los secretos para él, para ella y para la
pareja.
Las zonas más sensibles (1/15)
“La lengua está hecha para las zonas más sensibles”, asegura
el sexólogo Gérard Leleu. A tu chico le encantará… codos, muñecas, rodillas,
muslos… Son zonas en las que nunca pensamos y, sin embargo, son muy sensibles.
“Cúbrele de besos y luego, sin previo aviso, acaríciale con la lengua”, añade
nuestro experto. Esa caricia húmeda le proporcionará sensaciones inéditas… y
exquisitas.
Las orejas (2/15)
“Las orejas están hechas para la lengua, y viceversa…”,
asegura Gérard Leleu. Pero con una condición: las caricias deben ser dulces y,
para ello, no puedes saltarte ninguna etapa.
1 – Sal de excursión con la punta.
2 – Atrévete a adentrarte en caminos de travesía, alrededor
del caracol, y rodea la piel más sensible.
3 – Aléjate de nuevo y, con la punta de la lengua, recorre
una línea hasta el cuello.
4 – Succiona el lóbulo de la oreja.
5 – Después acércate de nuevo al caracol y presta atención a
su reacción de placer… ¡Imparable!
¡Habla la lengua del amor! (3/15)
“Con la lengua, podemos tocar, saborear, lamer… ¡y hablar el
idioma del amor!”, comenta Ian Kerner. Para el cuerpo y el corazón de tu
Dulcinea, las palabras de amor serán tan eficaces como las caricias.
La piel, la miel del cuerpo (4/15)
Con la lengua puedes saborear su piel y disfrutar de los
sabores que puede ofrecerte. La autora y ensayista americana Sally Tisdale nos
explica por qué: “En lo más profundo de la pasión sexual, la piel es otro
tesoro: las secreciones de nuestro cuerpo son miel para nuestros labios”.
Para un beso épico (5/15)
El beso abre la vía de la alquimia sexual. Dice todo sobre
tu ardor erótico. Así pues, demuestra que eres una persona fantasiosa con la
lengua. “Muéstrate travieso, paciente, tímido, voraz, envolvente”, propone Ian
Kerner. En tantra se dice que el labio superior es la parte más erógena del
cuerpo, ya que está relacionado con el clítoris… Una buena ocasión para entretenerte
en succionar ese labio, tal y como harías en su sexo.
Ombligo: sensaciones únicas (6/15)
¡Su vientre te vuelve loca! Pues substituye las manos por la
lengua. Sigue tu periplo y explora los límites de su vientre para llevarle al
séptimo cielo. “Acaríciale el vientre, bésale el ombligo, dispara tu lengua
como si fuera un dardo”, aconseja Ian Kerner. Debes ser furtiva pero
sorprendente al mismo tiempo.
El pie (7/15)
El pie es, sin lugar a dudas, protagonista de un sinfín de
fantasías eróticas y, por ello, merece los besos más húmedos. Para algunas
estrellas fetichistas del pie (Madonna encabeza esa lista), la succión de los
dedos es una delicia suprema, además de la clave para alcanzar orgasmos
maravillosos. Así pues, acicálate los piececitos y muéstraselos a tu pareja,
pero esta vez no será para que te ponga un calcetín.
La lengua y el falo (8/15)
Un buen lametazo, ¡como si fuera un helado! Jugar con la
lengua a lo largo de su miembro, eso es con lo que tu hombre sueña. “Muéstrate
imprevisible; si te esfuerzas demasiado o insistes demasiado, el efecto será
menor”, previene el sexólogo Ian Kerner.
¡Echa el freno en el frenillo! (9/15)
¡El frenillo es la clave del placer! “Presiona la lengua
contra el frenillo y mueve la mano con la que sujetas su verga hacia arriba y
hacia abajo”, nos guía Ian Kerner. Tómate tu tiempo y no te apresures, fíjate
en sus reacciones… Hazlo con lentitud y delicadeza, ya que es una zona muy
sensible. Según nuestro experto: “Los hombres aseguran que no hay nada más
exquisito que una lengua que lame el frenillo en el momento del orgasmo”.
“Bolsas” suculentas (10/15)
Elástica, flexible, sensible… la piel de los testículos es
perfecta para todos los juegos de la lengua. Intenta diversificar las
sensaciones: besos castos, caricias húmedas, succiones… tu lengua le enviará
directo al paraíso.
El pezón juguetón (11/15)
Los pezones suelen ser irresistibles además de orgásmicos…
Sucumbe a la tentación y acarícialos con la lengua, uno después del otro, para
que se endurezcan y luego muérdelos, succiónalos, bésalos… ¡Muéstrate ágil!
La lengua para el orgasmo femenino (12/15)
La lengua sería el órgano más dotado para hacer disfrutar a
una mujer hasta límites insospechados. Según Ian Karner: “El orgasmo femenino
es un fenómeno complejo y escurridizo. Y, si bien el control del pene es a
veces un poco complicado, la lengua, en cambio, es fácil de dirigir”. ¿Su mejor
virtud? Que el tiempo no supone un problema.
Lengua y vulva (13/15)
Más que técnica, la excitación nace de una verdadera
alquimia, un juego en el que la lengua tiene un papel muy importante. Ian
Kerner nos lo recuerda: “Igual que el empalme de dos cables eléctricos crea un
flujo de corriente único, el contacto de la lengua con la vulva une miles de
terminaciones nerviosas, alumbra las neuronas, hace vibrar los receptores y
provoca la fusión del cuerpo y el alma”.
Clítoris intenso (14/15)
La lengua, con sus movimientos rápidos, precisos y
regulares, es, sin lugar a dudas, uno de los mejores instrumentos para
estimular el clítoris. Ella solita puede provocar orgasmos muy intensos.
Para un 69 memorable (15/15)
La postura es importante.
Para ella: “Tu lengua debe reposar sobre la entrada de su
vagina y acariciar toda la superficie de esa zona”, aconseja Ian Kerner. Puedes
jugar con los movimientos: alterna lametazos, succiones, besos castos…
Para él: “Tu lengua baila sobre su sexo como una auténtica
bailarina. Disfruta de todo su sexo y parece estar hambrienta. Demuestra que
eres una experta y pellízcale el frenillo con la lengua…” sugiere Gérard
Leleu.