El universo erótico del Bondage y la Sumisión exige ciertos accesorios
específicos. Fustas, vendas, pinzas para los pezones… todos estos objetos
colocan al sumiso a merced de su amo. Descubre la “afilada” selección de
nuestra especialista, Gala Fur, para tus sesiones BDSM.
¡Arriba las vendas! (1/10)
Para crear ese ambiente de misterio y suspense, nada mejor
que vendar los ojos del sumiso, o sumisa. ¡El efecto sorpresa está garantizado!
Atrévete con vendas de seda o de cuero. A veces, un sencillo pañuelo de cuello
basta para crear esa atmósfera.
Zurriago de cuerdas (2/10)
Es un objeto emblemático de los castigos de infancia, sin
duda. El zurriago, o gato de siete colas, despierta todos nuestros instintos de
sumisión. Está compuesto por varias cuerdas de cuero y con él puedes calentar
todo el cuerpo: la espalda, los brazos, las piernas e incluso los pechos… Pero
debe utilizarse con precaución.
Blandir un látigo (3/10)
El látigo, un básico para los juegos SM, puede sacudirse en
el aire como una amenaza tangible y así asustar al sumiso o sumisa; pero
también se puede utilizar para azotar las nalgas, por ejemplo.
El collar, para atarle corto (4/10)
El collar es un accesorio que simboliza la pertenencia a un
amo. Favorece la postura del sumiso. Lo más habitual es encontrar collares de
cuero, látex o vinilo. ¿Y por qué no un collar de perro? En cualquier caso, lo
más importante es no ajustarlo demasiado; la persona debe poder mover la cabeza
y respirar sin dificultad… Esa flexibilidad es fundamental para poder pasear al
sumiso por la casa.
Un poco de castidad… (5/10)
Es un juego SM muy valorado por sus adeptos; consiste en hacer
esperar a la pareja de rodillas y a oscuras. Si quieres ir un paso más allá de
este juego SM, coloca un cinturón de castidad. El principio es el siguiente:
prohibir al sumiso cualquier posibilidad de masturbarse, ni más ni menos. El
cinturón de castidad, inventado por François de Carrare, nació en la época de
los Donjon, en el siglo XV. Hoy en día existen cinturones de plástico
transparente, de color gris, rosa fluorescente o negro. Glamour al estilo
Donjon.
Historia de una geisha (6/10)
Esa ristra de perlas de plástico es un accesorio clave para
las sesiones de SM. El dominante las introduce en la vagina de la sumisa por
una cuestión de pertenencia. Para ella, esta sensación la llena y la posee, y
es por eso que suele asimilarse a un juego de sumisión.
¡Arre! (7/10)
Los adeptos del SM adoran la equitación. La Poney Girl o
Poney Boy es una figura emblemática de los juegos sadomasoquistas. Los
accesorios para este juego son múltiples: la silla, los estribos, las espuelas,
las cuerdas y una bola roja que se coloca en la boca como mordaza. Y, con todo
esto, ya se está preparado, o preparada, para galopar alrededor de la mesa del
comedor.
Lectura a la luz de las velas (8/10)
¡Se puede ser dominante y culto al mismo tiempo! Las velas
nos permiten leer por la noche; el sumiso sostiene la vela mientras el
dominante lee. Es un preliminar que exige una buena dosis de sumisión. Cuidado,
no te quemes con la cera de las velas.
Espósame (9/10)
Es un accesorio fundamental. El sumiso queda reducido y
queda totalmente a merced de su amo. Puedes utilizar esposas de verdad, o de
peluche. Las puedes encontrar en cualquier tienda y son más chic. Una vez
esposado, el sumiso tendrá que cumplir ciertas tareas. En la versión
“presidaria” del SM, el sumiso también puede llevar esposas en los tobillos,
por ejemplo.
¡Pellízcame! (10/10)
Los pezones son zonas especialmente sensibles que los
adeptos al SM adoran. Las pinzas en los pezones refuerzan ese sentimiento de
pertenencia y de abandono. Las más habituales: las pinzas de cocodrilo o
incluso las pinzas chinas.
tomad de http://galerias.doctissimo.es/
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