sábado, 2 de julio de 2016

Las 10 caricias preferidas de las mujeres


Todo el cuerpo de la mujer se presta a las caricias. Por eso, hemos confeccionado una lista de los diez gestos eróticos que ellas prefieren. ¡Chicos atentos! Gérard Leleu, todo un experto en la materia, nos explica cómo volver locas a las mujeres con mucho tacto.

Bésale el cuello (1/10)

“Se ha recogido el pelo en un moño, dejando descubiertos los hombros, el cuello y la nuca, una zona muy erótica en la que repararon pintores, fotógrafos… ¿Y tú?”, se pregunta Leleu.
El secreto de esta caricia: “Déjate atraer por la belleza de su nuca y sigue sus curvas con un dedo ligero y admirativo”, recomienda el experto. Acaríciale el cuello y los hombros con la yema del dedo. Hazlo despacio, apoya tus labios y deposítale un beso. ¡Los escalofríos están garantizados para ti y para ella!
Mordisquéale la oreja (2/10)

“Puedes integrar las orejas a ese recorrido entre cariñoso y erótico”, sugiere Leleu.
El secreto de esta caricia: en un primer momento, acércate a ella para susurrarle palabras excitantes o de amor. “Olvídate de los besos sonoros, que son contraproducentes”, advierte el experto. Acércate a su lóbulo, un lugar que alberga tesoros desconocidos. Apriétalo con los labios, aspíralo y chupetéalo como si fuera un delicioso caramelo. Déjate guiar por sus gemidos.
Masajéale la espalda (3/10)

“La espalda es una superficie sensible y muy reactiva a las caricias”, asegura Leleu.
El secreto de esta caricia: a la espalda puedes regalarle infinidad de besos y caricias. Rózala, dale golpecitos, dibuja formas con el dedo… Después puedes dirigirte hacia una zona particularmente sensible: el nacimiento de los pechos. “Separa suavemente los brazos de tu compañera y recorre con la yema del dedo el camino que desciende del omóplato a la axila”. Después, deslízala hacia el pecho. Si sientes la espalda tensa, masajéala. Se trata de relajar los músculos y conducir a tu chica hacia una dulce euforia.
Acaríciale los pechos (4/10)

“Coge el pecho con toda la mano, con suavidad pero con firmeza. Sentirás cómo se endurece el pezón. Despliega los dedos y lleva la palma hacia la punta”, recomienda Leleu.
El secreto de esta caricia: para maximizar el placer de tu chica, describe círculos en el pecho con el dedo, acercándote hacia la areola. Debes percibir en sus senos las pequeñas granulaciones que acentúa la excitación. Después pasa al pezón. “Tócalo con el dedo, inclínalo hacia un lado y hacia el otro, pellízcalo, estíralo…” sugiere el experto. Después dale besos, chúpalo, succiónalo…
Acaríciale el pubis (5/10)

“Aproxímate al monte de Venus, el emblema del cuerpo femenino”, invita Leleu.
El secreto de esta caricia: más que una caricia es un fiesta a la que estás invitado. Lo más importante es evitar la mecanización del gesto. Antes que nada, “pasa los dedos por el vello, primero superficialmente y luego más en profundidad”, recomienda el experto. De lo que se trata es de aguzar los sentidos, de percibir la piel caliente y untuosa del monte de Venus. Puedes divertirte rascando con las uñas, siempre con suavidad. Después, inclínate y posa tus labios en esta suerte de “maleza”, como la califica Leleu. Fisgonea con la nariz; estás a las puertas del sexo de la mujer.
Pálpale los muslos (6/10)

“Continúa tu viaje. Dirige tu mirada hacia los muslos, las columnas de alabastro, como las llaman los poetas”, comenta Leleu.
El secreto de esta caricia: los muslos son una promesa de voluptuosidad aún por descubrir. “Comienza deslizando una mano en su superficie. Muévela suavemente hacia arriba y hacia abajo, con un gesto admirativo”, precisa el experto. Aumenta la velocidad. Aprieta y palpa el muslo como para asegurarte de que está ahí… Después, aventúrate hacia la cara interna. La piel de esta zona es de una calidad sorprendente. Suave, lisa, caliente y húmeda. Sabes perfectamente que un poco más arriba está la Tierra Prometida, ¡pero todavía es muy pronto!
Mima sus nalgas (7/10)

“El trasero invita a la adoración, así que deposita un beso en su cima”, recomienda Leleu.
El secreto de esta caricia: ¡la alternancia entre la suavidad y la posesión! Puedes empezar acariciando las nalgas con la punta de los dedos. “La clave de esta caricia radica en la capacidad de movilizar los sentidos, de disfrutar de la redondez y la textura de esta parte de cuerpo”, admite el experto. Abandónate antes de empezar a apretarla y a amasarla en un arrebato de posesión casi primitivo.
Hipnotiza los labios de su vulva (8/10)

“Para explorar la vulva de una mujer hay que ser atento y partir al descubrimiento de estos pequeños pozos de amor”, recomienda Leleu.
El secreto de esta caricia: los labios mayores contienen infinidad de cuerpos eréctiles colmados de sangre palpitante. Toca, palpa y picotea la vulva, esa preciosa gruta cuya humedad tanto te atraerá. Con los dedos, acércate con delicadeza a la abertura. Deslízalos por el intersticio, apoyándolos ligeramente. “Descubre la mucosa lisa, untuosa y ardiente”, aconseja el experto. Juega con los labios mayores, cuya carne es como la de la fruta, y también con los menores, esas finísimas láminas… El placer de tu chica está al alcance de tus dedos.
Ofrécele un cunnilingus (9/10)

“El clítoris de tu compañera se llena de júbilo con solo pensar en tus labios obsequiándole ese regalo”, se divierte Leleu.
El secreto de esta caricia: “La campeona en la materia es la lengua”, asegura el experto. Así que cédele el lugar para un cunnilingus. Pasa la lengua a lo ancho primero para después utilizar solo la punta. “Hazle cosquillas al clítoris, adéntrate por el surco izquierdo, por el derecho…”, sugiere el experto. Déjate guiar por los gritos de placer de tu compañera.
Descubre su punto G (10/10)

“Descubre la perla”, invita Leleu.
El secreto de esta caricia: la exploración une afecto y erotismo. “El punto G se sitúa en la cara anterior de la vagina, normalmente a unos cuatro centímetros de la entrada. Hay veces en que se encuentra a tan solo uno y otras en que se halla más arriba, a unos seis centímetros. Puedes explorar la pared con la yema del dedo corazón. La perla se presenta como una zona rugosa, con pliegues paralelos. Una vez que la hayas detectado, no dudes en frotarla y acariciarla, es una lugar prodigioso para tu compañera.

Tomado de http://galerias.doctissimo.es/

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