Al momento de conocer a un hombre, suelen aparecer ciertos pensamientos
y prejuicios que pueden jugarte en contra. Te invitamos a buscar en tu interior
los verdaderos motivos de tus elecciones.
La elección de pareja es un tema muy importante y, de acuerdo a las
decisiones que tomes, puede ser te que vaya bien o que te vaya mal en el amor.
A la hora de optar, existen ciertos clisés que suelen repetirse, como la
polaridad entre el canchero y el buen chico. ¿Cuáles son las características de
cada uno?
El canchero
* Suele estar siempre en pose y listo para conquistar.
* Es divertido.
* Puede llegar a ser descomprometido.
El buen chico
* Es tranquilo y correcto.
* Puede parecer aburrido.
* Puede llegar a ser más comprometido.
La mirada de ellas
Frente a estas características, suelen aparecer las posturas
femeninas y los pensamientos y prejuicios que cada una tiene. En general,
también aparecen algunas creencias que se repiten:
Frente al canchero:
* “Su diversión me genera adrenalina”.
* “Yo lo voy a cambiar y conquistar”.
* “Es un desafío, conmigo se va a comprometer más”.
Frente al correcto:
* “Es muy aburrido”.
* “No me trasmite nada”.
* “Será comprometido pero, ¿para qué lo quiero?”
Desafiando las creencias
Podés tratar de cuestionar estos prejuicios que muchas veces
aparecen en la cabeza y ver si las cosas realmente son así, o si estabas
equivocada. Sobre todo porque, muchas veces, la elección de un hombre canchero
te puede hacer sufrir.
Hay un mecanismo del cerebro que se pone en marcha en estas
situaciones y te puede complicar. Cuando tenemos una idea en la cabeza, por
ejemplo “el correcto es aburrido”, la mente se ocupa de buscar la mayor
cantidad de evidencia a favor de lo que estás pensando e ignora la evidencia en
contra de tu creencia. Esto quiere decir que te vas a fijar solo en los
aspectos aburridos de ese chico y, además, no le vas a prestar atención a sus
características más divertidas.
¿Qué hacer? Puede ser beneficioso que te permitas desafiar a
tus prejuicios y conocer a uno de estos chicos “aburridos”, para ver qué sucede
en la realidad y no darle tanta importancia a lo que pasa en tu cabeza.
Tomado de http://entremujeres.clarin.com/
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